Espero que esta carta te encuentre con buena salud y con el corazón lleno de esperanza.

Me gustaría compartir con vosotros un pedacito de mi propia historia,
Porque sé que las palabras a veces pueden dar fuerza en los momentos difíciles.

Cuando tenía dieciocho años, estaba pasando por una situación muy difícil debido al abuso sexual. Fue una experiencia oscura y devastadora que tuvo un profundo impacto.

Pero querido amigo, ¡déjame animarte con la sanación que Dios ha traído a mi vida!
En Su infinito amor y gracia, Él me ha concedido sanación y paz.
Él me permitió perdonar y liberar el dolor por completo.
Ahora puedo ver todo desde una nueva perspectiva.
Ahora puedo pensar y hablar sobre mi pasado sin experimentar el dolor ni el miedo que una vez conocí.

Dios me ha liberado completamente y me ha sanado.
Estoy convencido de que Él hará lo mismo por ti, ¡sin importar lo que hayas pasado!

Quiero animarte con este versículo bíblico:


"Yo soy quien te consuela.
¿Quién eres tú para tener miedo de un hombre mortal?

Isaías 51:12


Estas palabras me recuerdan que Dios es mi Consolador, mi fuente de fortaleza y paz.
Él me invita a dejar mis miedos y mi dolor a sus pies, para que Él pueda consolarme y sanarme.

Dios nunca te ha dejado de lado. Él protege tu alma.
No importa lo que la gente te haya hecho, Él es capaz de restaurarte completamente, para que el pasado no tenga dominio sobre ti.

Jesús te ama incondicionalmente. Ruego que encuentres consuelo y sanación en los brazos de tu Dios amoroso.
Para que puedas perdonar, especialmente cuando sientes que no merecen ser perdonados.

Su paz te rodea y su luz te guiará.
Recuerda que ¡no estás solo!

Con amor y oraciones,